Páginas

viernes, 22 de noviembre de 2013

PERSECUCIONES A LOS CRISTIANOS


PERSECUCIONES A LOS CRISTIANOS

El Imperio Romano persiguió a los cristianos porque la doctrina de Jesús estaba en contra de ese Imperio, los cristianos no adoraban al César porque se creía un Dios, los romanos eran politeístas (varios Dioses) y los cristianos no se arrodillaban ante el César y no asistían a sus cultos. Además que todos los Césares eran desviados y pervertidos sexuales, eran homosexuales como Nerón que mató a su madre y quemó a la ciudad de Roma y le echó la culpa a los cristianos.

LA PERSECUCIÓN DE NEÓN
Las circunstancias que rodearon a la primera persecu­ción —la neroniana— fueron pródigas en consecuencias, pese a que esa persecución no parece haberse extendido más allá de la Urbe romana. La acusación oficial hecha a los cristianos de ser los autores de un crimen horrendo —el incendio de Roma— contribuyó de modo decisivo a la creación de un estado generalizado de opinión pública profundamente hostil para con ellos. El Cristianismo era considerado por el historia­dor Tácito «superstición detestable»; «nueva y peligrosa», se­gún Suetonio; «perversa y extravagante», para Plinio el Joven. El mismo Tácito calificaba a los cristianos de «enemigos del género humano», y no puede, por tanto, sorprender que el vulgo atribuyese a los discípulos de Cristo los más monstruosos desórdenes: infanticidios, antropofagia y toda suerte de ne­fandas maldades. «´¡Los cristianos a las fieras!´ —dirá Tertuliano— se convirtió en el grito obligado en toda suerte de motines y algaradas populares». 

No hay comentarios:

Publicar un comentario